Hace 32 años, la Argentina vivía la dictadura mas sangrienta de su vida, faltaban tres años para la injusta guerra de Malvinas, no existía internet, la tv era en blanco y negro, River ganaba todo lo que jugaba, todavía no se conocían los goles del Diego a los ingleses y faltaban ocho años para que naciera Messi. Todo cambió, pero hay algo que sigue igual e inmutable. "Pasan los años, pasan los jugadores...", dice una canción tribunera. “Todo cambia…” dice una vieja canción de Mercedes Sosa. Pero el presidente de la AFA (Asociación del Fútbol Argentino) sigue siendo el mismo. Julio Grondona hace de abril de 1979, o sea 11.831 días, que es amo y señor del fútbol argentino. Pasaron catorce presidentes por el sillón de Rivadavia entre 1979-2011, en el mismo período solo una persona ocupo el sillón que en un futuro se llamará seguramente “Don Julio Grondona”.
El viejo ferretero parece de hierro, ganó por goleada la última elección con 46 votos a favor y ninguno en contra. La elección fue solo un trámite burocrático para el veterano de 80 años que va a cumplir su noveno mandato al frente del fútbol argentino. Votaron 17 clubes de primera división, 8 de la “B” Nacional, 7 de la “B” metropolitana, 7 de las ligas del interior, 4 de la “C” y 3 de la “D”. Los representantes de Independiente, Vélez y Atlético de Rafaela no votaron, porque supuestamente llegaron fuera del horario estipulado y no pudieron entrar al edificio.
El único opositor del experimentado presidente fue el empresario Daniel Vila, que al no poder entrar al edificio de la AFA montó todo un show mediático en la calle. La exhibición fue transmitida con gran entusiasmo por el canal América, que casualmente pertenece a Vila. Pero lo curioso no termina ahí: en el mismísimo momento en que don Julio era reelecto dentro del edificio, Vila en la vereda de la calle Viamonte, también se proclamaba presidente de la AFA frente a los cronistas y reporteros de turno.
La relación de Grondona y el gobierno nacional ya no es la misma de antes. Cuando se firmó el contrato de “Fútbol para Todos”, la alianza entre don Julio y el kirchnerismo vivía una dulce primavera. La relación hoy se asemeja a un matrimonio que festeja su vigésimo el aniversario: empieza a enfriarse o definitivamente ya esta fría. Grondona tiene una imagen paupérrima en la sociedad y el gobierno sabe que la alianza que tiene con él no le hace nada bien. Sumado a la crisis estructural económica, deportiva y ética que vive el deporte más preciado por la gran mayoría de los argentinos.
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