martes, 15 de mayo de 2012

ENTREVISTA A CLAUDIO LOZANO: “Hay que superar los límites de la política tradicional”


Por Ismael Goñi y José ignacio Salazar


El diputado nacional y economista Claudio Lozano, integrante de la comisión de energía de la cámara baja se refirió al escenario político nacional, además abordó temas  económicos y energéticos en su carácter de especialista en la materia.




¿Cree que se debe romper con las estructuras partidarias tradicionales?
Hay un proceso en la Argentina que tuvo su máxima expresión en 2001 donde la crisis involucró de manera directa a la forma de partidos, a las estructuras sindicales, empresariales y demás. Creo que el desafío hoy es abrir una nueva instancia de debate donde la gente se sienta parte, en este sentido nosotros venimos recorriendo un camino que ha sido de agregación, de incorporación de voluntades. Sí puedo decir que las estructuras tradicionales están totalmente fragmentadas. Es necesario superar los límites de esa política.

Pero la gente vuelve a elegir siempre por estas estructuras tradicionales…
Creo que en las últimas elecciones presidenciales la gente rechazó toda experiencia del pasado, un ejemplo claro es el Frente Amplio Progresista (FAP) que rápidamente logró consolidarse.
 
Uno de los candidatos a intendente de las últimas elecciones locales tuvo como propuesta la reducción de los impuestos en un 30 por ciento. ¿Usted, como especialista en economía cree que hubiese sido posible llevar a cabo esto?
Esos discursos me hacen acordar mucho a las propuestas que tenía De La Sota. Las experiencias históricas nos dicen que no es bueno desarrollar políticas de esa naturaleza, creo que la solución a los problemas económicos viene acompañada de una democratización institucional, presupuestos participativos, reforma impositiva. Sin duda, una propuesta así es demagogia discursiva.

¿Cuál es su opinión respecto a las sospechas recaídas sobre el vicepresidente Boudou?
Hay una causa judicial abierta que debería tener el acompañamiento institucional necesario para poder llevarse a cabo con el mayor nivel de profundidad. Desde mi punto de vista es lamentable el modo en que el vicepresidente cuestionó al juez de la causa. No nos parece para nada conveniente el reemplazo del procurador Esteban Righi, lo que está claro es que el gobierno quiere que la justicia repose.

¿Cómo ve a la economía nacional hoy?
La Argentina ha crecido entre el 2003 y 2010 a tasas del 8 al 9 por ciento, sin embargo las expectativas para el año que viene no superan el 3,5 por ciento. Indudablemente hay alguna diferencia en el contexto mundial.
Argentina ya vivió el ajuste vinculado a la explosión de la globalización financiera, lo vivimos con toda claridad en 2001-2002, y que es, en fin, lo que se está observando hoy en otras partes del mundo. Las características de la globalización financiera es que las crisis van rotando y pasando por  diferentes lugares.
Hoy el precio de la soja sigue siendo un valor sumamente importante para la Argentina, que le permitió sortear con cierta facilidad la actual crisis. El problema de fondo desde el 2001 es el déficit en materia de inversión, a pesar de que se ha crecido de manera significativa.  Ese crecimiento no se ha traducido en niveles de inversión -tanto en calidad como en cantidad- adecuados como para sostener nuestro desarrollo productivo.


¿Cuál es su opinión acerca de la expropiación de YPF?
Hoy nos encontramos con una presidenta que descubre el saqueo perpetuado por Repsol, cuando hasta ayer esta misma empresa era la niña mimada del propio gobierno. Nosotros creemos que hay que terminar con todos los decretos de la época de Menem que establece la libre disponibilidad de los hidrocarburos en manos de las empresas, mecanismos de concesión que no tienen vigencia en ningún otro lugar del mundo. Repsol era una empresa de cuarta categoría cuando entró a la Argentina, luego logró posicionarse en el mundo en base a las rentas obtenidas en nuestro país. Hay que restituir al estado la capacidad de planificar sobre el sector de los hidrocarburos.

Concretamente. ¿Qué hay que hacer para reducir la inflación?
La lógica sería que Argentina tenga alimentos baratos y que sea una potencia alimentaria, cosas que hoy no suceden. Somos más una potencia productora de alimentos para ganado que de alimentos para la gente.
Otro gran problema del país es la oligopolización de los mercados que permite que haya firmas que puedan fijar precios con total independencia de las estructuras de costos, esto también requiere una regulación estatal.
El tercer problema en discordia está en quién define en qué se invierte, cuánto y dónde. Si nosotros en lugar de haber invertido el excedente económico para comprar y desarrollar inmuebles lo hubiéramos orientado al desarrollo energético, en la ampliación del el transporte y en la reconstrucción del perfil productivo, los precios serían distintos.


¿Cuál es el rol de Guillermo Moreno en todo esto?
Es lamentable que alguien que quiera controlar el proceso inflacionario destruyendo el indicador. Hoy tenemos serias dificultades para tener conciencia real del punto en que estamos parados. La intervención de Moreno en el mercado consiste en pegarles a algunos para sostener a otros.

¿Entonces la medida de bloquear las importaciones es correcta?
No sirve como un paliativo coyuntural. Sirve en tanto y en cuanto esté en función de una orientación productiva nueva que la Argentina necesita, este bloqueo no está asociado a un nuevo perfil productivo.


¿Qué horizonte ve hoy con respecto a la juventud que se vincula con la política?
Tengo una mirada optimista, creo que es importante el vínculo que se generó entre los pueblos y la actividad política tanto en América Latina como también en la Argentina, hay un debate político distinto en el país. Creo que hay un crecimiento del compromiso político en los jóvenes. Hay un espacio de discusión y construcción política muchísimo mayor. Ahora, nosotros no creemos que este gobierno favorezca el proceso de participación, ya que, por ejemplo, en este momento no está garantizada la democracia sindical y los trabajadores no tienen la posibilidad de elegir libremente a sus representantes.

¿Cuáles son los objetivos más próximos que se propone el FAP?
Para nosotros el desafío principal es transformar el acuerdo electoral que fue el FAP en una propuesta política que plantea a la Argentina la posibilidad de gobernar de otra manera. Nuestro objetivo principal este año es instalar el FAP en todo el territorio argentino.

jueves, 3 de mayo de 2012

ENTREVISTA A ADOLFO PÉREZ ESQUIVEL: “Tenemos que cambiar el pensamiento para luego cambiar la realidad”


Por Ismael Goñi y José Ignacio Salazar



En el marco de la conferencia final de las jornadas “Modelo extractivista, fondos mineros y universidad” organizada por la UNRC Pérez Esquivel se pronunció sobre el debate en torno a la minería. También se refirió a temas como el juicio político al juez Baltasar Garzón, la ley antiterrorista y envió un mensaje de aliento a la juventud.


A sus 80 años parece estar en la plenitud de su vida como intelectual, responde a cada pregunta con el entusiasmo de alguien que lucha por el futuro, como si los años sobre su espalda, los golpes que recibió durante su vida y los caminos recorridos durante su brillante carrera no pesaran nada.

¿Cómo evalúa la reacción del gobierno nacional ante situaciones conflictivas, como lo fue la represión a los  ambientalistas residentes en las zonas mineras del país?
El gobierno nacional no reaccionó. Miró para otro lado como también lo hace con los pueblos indígenas, con la cuestión de la minería contaminante y muchos asuntos más; porque el mismo gobierno es parte de todo esto.

Usted manifestó en otra oportunidad que aún falta mucho para poder hablar del cumplimiento pleno de los derechos humanos. ¿Por qué cree que es así?
Porque tenemos que hablar del derecho de los pueblos. Los derechos humanos no se deben acotar al período del ´76 al ´83, deben ser integrales. Los derechos humanos también tienen que ver con la tierra, con la educación, con la salud, es decir, con el derecho de los pueblos. Desde esa perspectiva deben ser integrales.

Hablando sobre el caso del juez Baltasar Garzón en España, usted escribió una carta a la suprema corte de justicia española. ¿Recibió algún tipo de respuesta?
No. Hay jueces que son cómplices del franquismo. Lo que trataron  de hacer fue silenciar al juez Garzón cuando quiso investigar los crímenes de lesa humanidad que se cometieron durante el franquismo.

¿Qué opinión le merece el cruce verbal y las denuncias que enmarcan al conflicto de Malvinas?
Se cumplen treinta años de la guerra y esto lógicamente está generando efervescencia, creo que hay una marcada actividad política hacia el conflicto, aunque creo también que hubo mucho fuego de artificio. Después de junio esto se va a ir calmando. Con lo que hay que seguir es con las negociaciones para que los dos países puedan sentarse y buscar una solución al problema de Malvinas.

¿Cree que hoy la Argentina ejerce su soberanía de manera plena e integral?
Creo que se ha vendido el territorio nacional. Estamos peleando por las Malvinas, si bien es cierto que hay que recuperarlas también hay que mejorar en otros aspectos. Yo acabo de publicar una nota diciendo “las Malvinas son argentinas. Pero la Argentina también”. Nosotros no somos dueños ni del petróleo, ni del gas, ni de los minerales, ni del perro ni del gato.   

¿Cuál es su opinión sobre la relación de dependencia del ser humano – técnica?
Nosotros pensábamos que la ciencia y la técnica iban a estar al servicio del bien de los pueblos y terminamos siendo dominados por la técnica. ¿Qué pasó con el ser humano? Nosotros perdimos el ritmo natural, estamos dominados por el tiempo mecánico. Esto ha llevado a la aceleración del tiempo, vivimos apurados, se han alterado los ritmos. Y esto lleva a la aceleración del pensamiento. Terminamos siendo esclavos de la tecnología.

¿Esto se relaciona de alguna manera con el tema de la minería?
Sin duda. Las empresas mineras utilizan la última tecnología para ganar más dinero en menos tiempo y destrozan nuestros recursos naturales. La megaminería, los agrotóxicos, los monocultivos tienen como concepto de desarrollo la explotación. Debemos cambiar el pensamiento para luego cambiar la realidad.

¿Cuál es el desafío de las universidades?
Es la conciencia crítica como práctica de la libertad. La universidad tiene la posibilidad de abrir esas puertas. Tenemos que tener un pensamiento integrador y de valores, tenemos que liberarnos y compartir.  Hay dos cosas que compartir: el pan y la libertad, si no tenemos esa capacidad no podemos amar.

¿Cree que es contradictorio que el gobierno nacional se diga progresista, se diga que hizo tanto por los derechos humanos y por otro lado impulse la ley antiterrorista?
Es totalmente contradictorio. Los derechos humanos del gobierno comprenden sólo desde el ´76 al ´83. Pero sanciona una ley antiterrorista presionado por el GAFI (N del R: Grupo de Acción Financiera Internacional) para asegurar las inversiones, y se va a aplicar contra reacciones frente al paso de la megaminería, a los problemas de tierras a las inversiones extranjeras y bueno, eso es una aberración total y absoluta. Creo que la ley antiterrorista es como las leyes de punto final y obediencia debida.

¿Cómo ve a la juventud hoy en día?
La juventud de hoy es como la juventud de siempre, con sus luces y sombras, tiene cosas positivas y cosas negativas. Lo que siempre nos muestran es una imagen negativa de la juventud. No muestran a los que hacen, a los que se preocupan, a los que luchan, eso lamentablemente no es noticia. Las buenas noticias para los medios no son noticia.

¿Transmite esperanzas la juventud de hoy?
Siempre. Cuando éramos jóvenes teníamos esperanzas y luchábamos por eso. Ustedes son jóvenes y también luchan por cambiar esto, por tener una vida mejor y más digna. Pongamos un ejemplo: podemos tener un coche de último modelo y cero kilómetro, pero si no le ponés gasolina no funciona. Esa gasolina es la esperanza que pone en funcionamiento todo.

Si tuviera que recomendar algún libro, alguna obra suya ¿qué les recomendaría a los jóvenes?
Hay mucho, no hay una sola cosa, hay muchísimos autores. Creo que tendrían que buscar algo que marque valores. Porque hoy en día es tal el borbotón, las cosas sin valores, que hay que buscar valores que identifiquen un sentido de vida.

¿Se considera un referente para los jóvenes?
Yo trabajo. Si la gente ve que yo soy coherente con el decir y el hacer, sería un referente. Ahora, si yo digo una cosa y después hago lo contrario, cuidado ¿no? porque estaría mintiendo.