jueves, 3 de mayo de 2012

ENTREVISTA A ADOLFO PÉREZ ESQUIVEL: “Tenemos que cambiar el pensamiento para luego cambiar la realidad”


Por Ismael Goñi y José Ignacio Salazar



En el marco de la conferencia final de las jornadas “Modelo extractivista, fondos mineros y universidad” organizada por la UNRC Pérez Esquivel se pronunció sobre el debate en torno a la minería. También se refirió a temas como el juicio político al juez Baltasar Garzón, la ley antiterrorista y envió un mensaje de aliento a la juventud.


A sus 80 años parece estar en la plenitud de su vida como intelectual, responde a cada pregunta con el entusiasmo de alguien que lucha por el futuro, como si los años sobre su espalda, los golpes que recibió durante su vida y los caminos recorridos durante su brillante carrera no pesaran nada.

¿Cómo evalúa la reacción del gobierno nacional ante situaciones conflictivas, como lo fue la represión a los  ambientalistas residentes en las zonas mineras del país?
El gobierno nacional no reaccionó. Miró para otro lado como también lo hace con los pueblos indígenas, con la cuestión de la minería contaminante y muchos asuntos más; porque el mismo gobierno es parte de todo esto.

Usted manifestó en otra oportunidad que aún falta mucho para poder hablar del cumplimiento pleno de los derechos humanos. ¿Por qué cree que es así?
Porque tenemos que hablar del derecho de los pueblos. Los derechos humanos no se deben acotar al período del ´76 al ´83, deben ser integrales. Los derechos humanos también tienen que ver con la tierra, con la educación, con la salud, es decir, con el derecho de los pueblos. Desde esa perspectiva deben ser integrales.

Hablando sobre el caso del juez Baltasar Garzón en España, usted escribió una carta a la suprema corte de justicia española. ¿Recibió algún tipo de respuesta?
No. Hay jueces que son cómplices del franquismo. Lo que trataron  de hacer fue silenciar al juez Garzón cuando quiso investigar los crímenes de lesa humanidad que se cometieron durante el franquismo.

¿Qué opinión le merece el cruce verbal y las denuncias que enmarcan al conflicto de Malvinas?
Se cumplen treinta años de la guerra y esto lógicamente está generando efervescencia, creo que hay una marcada actividad política hacia el conflicto, aunque creo también que hubo mucho fuego de artificio. Después de junio esto se va a ir calmando. Con lo que hay que seguir es con las negociaciones para que los dos países puedan sentarse y buscar una solución al problema de Malvinas.

¿Cree que hoy la Argentina ejerce su soberanía de manera plena e integral?
Creo que se ha vendido el territorio nacional. Estamos peleando por las Malvinas, si bien es cierto que hay que recuperarlas también hay que mejorar en otros aspectos. Yo acabo de publicar una nota diciendo “las Malvinas son argentinas. Pero la Argentina también”. Nosotros no somos dueños ni del petróleo, ni del gas, ni de los minerales, ni del perro ni del gato.   

¿Cuál es su opinión sobre la relación de dependencia del ser humano – técnica?
Nosotros pensábamos que la ciencia y la técnica iban a estar al servicio del bien de los pueblos y terminamos siendo dominados por la técnica. ¿Qué pasó con el ser humano? Nosotros perdimos el ritmo natural, estamos dominados por el tiempo mecánico. Esto ha llevado a la aceleración del tiempo, vivimos apurados, se han alterado los ritmos. Y esto lleva a la aceleración del pensamiento. Terminamos siendo esclavos de la tecnología.

¿Esto se relaciona de alguna manera con el tema de la minería?
Sin duda. Las empresas mineras utilizan la última tecnología para ganar más dinero en menos tiempo y destrozan nuestros recursos naturales. La megaminería, los agrotóxicos, los monocultivos tienen como concepto de desarrollo la explotación. Debemos cambiar el pensamiento para luego cambiar la realidad.

¿Cuál es el desafío de las universidades?
Es la conciencia crítica como práctica de la libertad. La universidad tiene la posibilidad de abrir esas puertas. Tenemos que tener un pensamiento integrador y de valores, tenemos que liberarnos y compartir.  Hay dos cosas que compartir: el pan y la libertad, si no tenemos esa capacidad no podemos amar.

¿Cree que es contradictorio que el gobierno nacional se diga progresista, se diga que hizo tanto por los derechos humanos y por otro lado impulse la ley antiterrorista?
Es totalmente contradictorio. Los derechos humanos del gobierno comprenden sólo desde el ´76 al ´83. Pero sanciona una ley antiterrorista presionado por el GAFI (N del R: Grupo de Acción Financiera Internacional) para asegurar las inversiones, y se va a aplicar contra reacciones frente al paso de la megaminería, a los problemas de tierras a las inversiones extranjeras y bueno, eso es una aberración total y absoluta. Creo que la ley antiterrorista es como las leyes de punto final y obediencia debida.

¿Cómo ve a la juventud hoy en día?
La juventud de hoy es como la juventud de siempre, con sus luces y sombras, tiene cosas positivas y cosas negativas. Lo que siempre nos muestran es una imagen negativa de la juventud. No muestran a los que hacen, a los que se preocupan, a los que luchan, eso lamentablemente no es noticia. Las buenas noticias para los medios no son noticia.

¿Transmite esperanzas la juventud de hoy?
Siempre. Cuando éramos jóvenes teníamos esperanzas y luchábamos por eso. Ustedes son jóvenes y también luchan por cambiar esto, por tener una vida mejor y más digna. Pongamos un ejemplo: podemos tener un coche de último modelo y cero kilómetro, pero si no le ponés gasolina no funciona. Esa gasolina es la esperanza que pone en funcionamiento todo.

Si tuviera que recomendar algún libro, alguna obra suya ¿qué les recomendaría a los jóvenes?
Hay mucho, no hay una sola cosa, hay muchísimos autores. Creo que tendrían que buscar algo que marque valores. Porque hoy en día es tal el borbotón, las cosas sin valores, que hay que buscar valores que identifiquen un sentido de vida.

¿Se considera un referente para los jóvenes?
Yo trabajo. Si la gente ve que yo soy coherente con el decir y el hacer, sería un referente. Ahora, si yo digo una cosa y después hago lo contrario, cuidado ¿no? porque estaría mintiendo.

1 comentario:

  1. Buen reportaje.
    Yo conocí a APE en plena dictadura, poco después del Nobel. Vino a dar unas charlas a un salón parroquial, porque no nos animábamos a llevarlo a una sala sin protección institucional (aunque la Iglesia tuvo algunas agachadas por esos años).
    Llamaba la atención el ambiente pesado, casi culposo por lo secreto, por hacer algo que sabíamos que no era bien visto por las autoridades militares.
    Él siempre decía que le alegraba que sus conferencias esten llenas parapoliciales y milicos disfrazados de civiles, porque les daba la oportunidad de pensar que otro mundo es posible, y no solo el de la opresión y la violencia.
    Suerte chicos.
    Daniel.

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